viernes, 3 de octubre de 2014

TIRANA, Albania

Crónica visual de un pequeño viaje de trabajo a Tirana, la capital de Albania. 


Dicen que se pueden pescar nubes. Saint Procopius Park
Otra vez veo Venecia desde el aeropuerto Marco Polo. Me he asegurado de que me tocase ventanilla en el vuelo que saldrá en un rato hacia Tirana. Las vistas desde el aire son espectaculares y mas anocheciendo.
Un gran lago, en el pulmón de Tirana.
Saint Procopius Park

Al aterrizar, el caos de siempre, cambiar algo de moneda con tasas de aeropuerto, la incertidumbre de saber si ha llegado o no tu equipaje y la lucha entre taxista legal y taxista ilegal a la salida. Optamos por uno legal y nos vamos en un moderno Honda amarillo hacia el centro de Tirana. La primera sorpresa, en Tirana se conduce como en los paises civilizados, no es Estambul ni Casablanca.... mi vida, de momento, no corre peligro.

Hotel City: cómodo, céntrico, económico, tranquilo, y sobre todo destaco la amabilidad del personal. No fué ningún sacrificio quedarse allí. Aún recuerdo el olor de la ropa de las coladas que hice allí, no se que usan en la lavandería pero es espectacular!

El hambre aprieta, hay que salir a cenar, pero es tarea fácil. Hay pubs, cervecerías y restaurantes. Al lado del hotel una cervecería, Meduza Bar, rock&beer, lo que hace falta después de casi doce horas de viaje en dos escalas, una Guiness, alitas de pollo y “…pleased to meet you, hope you guess my name…”. Perfecto.

Cenar, y comer en general, es simple, casi el 100% de los restaurantes tienen cocina italiana, con nombres italianos en el menú, por supuesto. No es que sea mi preferida, pero tranquiliza al instinto de conservación. Por poner uno, y por lo bien que nos trató el gerente, os recomiendo el Black Sheep, cerveza de la casa y la Fiorentina, una especie de entrecot, está espectacular. Los entrantes de verduras en tempura, también. Resumo como se come en Tirana: al llegar a casa 5kg mas. Precio asequible, la cuenta mucho mas barata de lo que supondría en una restaurante equivalente aquí.

Las cuidadoras del parque.
Puesto de tiro al blanco.
Respira.
Saint Procopius Park
Recuerdos de la WWII, de uno y otro bando, y cientos de bunkers por todas partes. En las guerras no gana nadie.
A la primera ocasión, me di un gran paseo a pie por la centrica zona en la que estabamos. Plaza Skënderbej,  Parlamento, la Residencia del Primer Ministro y el Gran Parque y su lago artificial. Una zona tranquila de edificios oficiales, oficinas, restaurantes y cafés, embajadas y coches de lujo. Si, coches de lujo, desde un imponente Lamborghini Gallardo, pasando por Bentleys, Aston Martin y cientos de Mercedes y BMW de gama alta.... llegué a pensar que en algún lugar del aeropuerto ponía en albanés "recoja su BMW X6 a la salida" y nosotros nos decantamos por un taxi. En el Gran Parque, me encontré a la gente paseando a las orillas del lago, algunos practicando deporte, puestos de "tiro al blanco" caseros, monumentos en recuerdo de la WWII, cuadrillas de simpáticas mujeres jardineras, pescadores, niños, ancianos, etc,… me gustó.

Cuando callejeas por la ciudad y te alejas un poco del centro, de las calles principales, te encuentras la maraña de cables, los baches en las aceras y las fachadas en descomposición. Te encuentras otra vida que no acude a los restaurantes ni conduce los coches de lujo. Pero aún así se nota cierto optimismo, alegría diría también.

Las fachadas traseras en descomposición dentro de las lujosas calles principales
Los colores dan alegria. Ideas urbanisticas frente al gris soviético.
Maraña de cables albanesa.


Las personas que he conocido, en general, son amables, simpáticas, pero hay que pasar la barrera del idioma, pues ni en broma fuí capaz de entender una palabra en albanés. Después de unos días conseguí una chuleta que me hicieron inglés-albanés, lo que me permitía saludar, despedirme y dar las gracias. A partir de ahí conseguí mas simpatías y comunicarme un poquito mas.

El Mickey de arriba se vino conmigo. Disney rules!









Tirana y Albania, por supuesto tienen un pasado, conflictivo en ocasiones. En el centro de la ciudad, cerca del Parlamento, las ruinas de una gran pirámide que quiso ser un centro de congresos me deja claro dos cosas: la libertad es un grito universal de cualquier pueblo, y que los niños siempre encuentran como divertirse.

Freedom
Subir y bajar una montaña

The World is not for sale



El pasado. Desconozco el autor de esta foto. La he sacado de aqui:  http://blogs.elpais.com/.a/6a00d8341bfb1653ef0191034fd578970c-pi